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“L’avia i el foraster” es una deliciosa comedia valenciana dirigida por Sergi Miralles, actual profesor de cine en los Estudios Profesionales de la Escuela. Llena de humor, ternura y de esos ingredientes tan necesarios en nuestros días y n reparto encabezado por Carles Francino, Neus Agulló, Kandar Mehta, Empar Ferrer, Aida Bellman y María Maroto (antigua alumna ESAC).
Teresa, la costurera del pueblo, recibe una propuesta especial de Samir, el pakistaní de la frutería, que en realidad era sastre en su país.
¿Qué o quién te inspiró el guión de la película?
Todo nace de una anécdota familiar. Un tío mío tiene una tienda de ropa. Se quedó sin la persona que le hacía los arreglos y descubrió que el pakistaní de la frutería de abajo en realidad era sastre. Decidieron empezar a colaborar, pero tenían que hacerlo en secreto por miedo al que dirán. Aquella anécdota, que mostraba un claro caso de xenofobia cotidiana, esta que todos practicamos y sufrimos sin darnos cuenta, nos sirvió como punto de partida para crear esta historia. También aprovecharemos para hacer un homenaje a mis dos abuelas. Ellas, como todas las de su generación, eran costureras y en casa nos lo hacían todo. Además, la madre de mi padre fue migrante y nos servía para ligar todo. Teresa es la mezcla perfecta de ellas dos.
¿Cómo elegiste al modisto? ¿Es un actor profesional? ¿Hiciste casting?
A Kandarp Mehta lo encontraremos después de un casting. Él siempre ha estado interesado en la interpretación. Ya en la India participó en varias obras de teatro, pero su vida profesional ha ido por otro lado. Es doctor en economía, especializado en creatividad aplicada. Él siempre dice que el personaje de Samir es un modisto que trabaja de frutero así como él es un actor que trabaja de economista.
¿Se notaba en el rodaje la buena química entre los personajes como luego se reflejaba en pantalla?
Desde el principio queríamos disfrutar del proceso. Para nosotros es muy importante. Creemos que esto influye en el resultado final. A la hora de hacer el cast buscábamos actores que encajaran en los papeles, pero también que encajaran con nosotros. Era mi primera peli y yo necesitaba tener afinidad con ellos. Esto y las ganas de repetir con compañeras y compañeros con que habíamos compartido cortos y series previas, hizo que nos sentiremos como casa. El ambiente en el rodaje fue inmejorable en todos los sentidos.
¿Fue intencionado que contarais con dos tipos de forasteros: el que viene de fuera y el foráneo que vive fuera?
Cuando empezamos a construir esta historia pensamos en tres tipos de forasteros: los que vienen, los que se fueron y ya han vuelto y los que marcharon hace poco y están en una fase en la que no saben si quedarse o volver. Esto nos permitía tratar la xenofobia vista desde primera persona y poder tratar muchos temas que nos interesaban y que ayudan a completar los personajes.
¿Hay alguna anécdota del rodaje que recuerdes con especial cariño?
Anécdotas hay muchas, pero destacar el buen ambiente y la familiaridad de todo el equipo, desde técnicos hasta actores y, sobre todo, la relación que tuvimos con los habitantes del pueblo. Creo que, de una manera o de otra, todos los que participaron en la peli han hecho un vínculo con Algar de Palància.
Y, cuéntanos… ¿Algún proyecto nuevo a la vista?
Siempre estamos con varias ideas en la cabeza, sembrando historias y trabajando para que crezcan. Nunca sabes cuál será el que finalmente acabará germinando.
Podéis encontrar “L’avia i el foraster” en varias plataformas digitales, pero recomendamos que la busquéis en valenciano.